Cierro los ojos dejo a mis pensamientos volar
a un primer encuentro.
Sus labios ardientes
se posaron en los míos,
rebasando de amor nuestras miradas,
mis manos impacientes
a su cuello se prendieron.
De mi cuerpo se adueñó
engarzando nuestros deseos,
entre un manantial de hojas secas,
El rocío a nuestro amor engalanó,
en aquel otoño inolvidable.
Dolly.