Sabiendo que era dueño de una retasería le comenté que me agradaba reciclar la ropa, caminando a paso lento me llevó hasta alli .
Comencé a elegir telas de mi agrado, el seguía mis pasos alabando mi cuerpo mi manera de ser, mi todo, se expresaba con palabras de poeta, me endulzaba los oidos.
Solo me interesaban sus telas, llegó un momento que al notar mi poca atención a su romanticismo, me tomo entre sus brazos me acostó sobre un mostrador, desprendió los botones de mi blusa de gasa transparente, quitó mi corpiño de encaje verde y comenzó a besar mis senos diciendo que eran suaves como la seda.
Me quitó la pollera de pana verde aduciendo que más linda quedaría una que sea de terciopelo rojo, me cubrió con esa tela, deslizó su mano por debajo y me quitó la tanga de licra verde agua, me encanta vestirme en composé
Me dijo que era fisico culturista, como me causó risa se quitó la camisa de tela escocesa, para que vea sus abdominales, ante mi asombro se quitó los pantalones de tela vaquera para que viera más su cuerpo trabajado, dejó caer la sunga de color fucsia fosforescente, desnudo de un salto estaba deslizándose como tela de raso sobre mi cuerpo de piel como de fino satén.
Entre caricias alcanzó a tomar de una estantería un rollo de tul blanco, me sentí poseida como una novia, lo único que me faltaba era una liga de tela azul y la luna de miel, rodando sobre el mostrador envueltos nuestros cuerpos, comencé a sentir que me agitaba, me ahogaba, me faltaba el aire, me acaloraba como si fuera tela de acrocel, y el disfrutaba como un niño cabalgando sobre un caballito de una calesita con una montura de paño rojo.
Lo estoy recordando, recortó pedacitos de telas que yo había elegido y me hizo un hermoso vestido, se adueñó de mi cuerpo y no me regaló nada como para reciclar que es lo que me encantaaaaaaa.
Dolly.
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