No ha escuchado el taconear de mis botas
en mi visita a su abandonada taberna.
Lo sorprendo sobre un catre
pensativo fumando un cigarro,
me recibe con su fría piel sin un te quiero,
los que tanto en su ausencia
me enviaba con el viento.
Me quedaré junto a El,
para desintoxicar su cuerpo del silencio
y de la soledad que lleva por dentro.
Dolly.
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