viernes, 25 de agosto de 2017

Sin un te quiero

                                                             

No ha escuchado el taconear de mis botas
en mi visita a su abandonada taberna.
 Lo sorprendo sobre un catre
 pensativo fumando un cigarro,
me recibe con su fría piel sin un te quiero,
los que tanto en su ausencia
 me enviaba con el viento.
Me quedaré junto a El, 
para desintoxicar su cuerpo del silencio
 y de la soledad que lleva por dentro.

Dolly.